martes, 28 de diciembre de 2010

Ella.


Fría noche donde la soledad se acomoda en el alma dando mortaja a la vida, donde la tenebrosa amiga sonríe con dientes de hielo tras comenzar la caza.

Intuye tú el camino, pon largas distancias, intenta liberar la acechanza a tus pasos, deja que el replique entre en lucha por ahogar el latido del corazón en tu garganta.

Es ella, la que persigue, la que manda sobre la cordura y la locura, la que da el dictamen sobre lo visto y lo oculto. ¡Cálmate! ¿Crees que puedes poner en duda lo que apremia?

Te roza con sus garras golpeando con su aliento en tu cerviz, y tú; corres con la imagen de ella, con el olor trémulo de su hálito y el pavor negro en tu cara.

Eres sólo un ingrato que no está dispuesto a aceptar la gabela, el destino de la noche oscura, el beso frío de ella. ¡Cálmate! ¿No resulta grata la promesa?

Tus pasos cansados se detienen, tu mente se somete al momento, tu cuerpo trémulo se alivia de su convulsión, y ella esta ahí, sólo te mira con sus ojos resueltos a amar tu vida…

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El jardín del edén


Odas de rocío, melazas de oro, que centellean en cada lirio del vergel al despuntar la mañana; surge flor que anhela, el perfume del lento tiempo, que ama el suave susurro del céfiro en su pétalo lujurioso de colores.

¡Lirio de día! proclamas tu nombre y das galardón al cansado jardinero, dejas tu imagen grabada en los ojos del buscador de amores, de aquel que ama el murmullo del jardín, de aquel que avista el resplandor de la bella flor… lirio de día, lirio de amores, que el corazón acaparas del caminante, como rehén en trémula sangre que paga su desfachatez al mirarte.

¿Quién es él? ¿Quién es el que sufre de amores?... ¡Lisonjero! apuesta por pasiones, ¡tenaz! espera ardores, cuando su agua riega los temores y hace crecer los miedos que su bella flor no alcance el cielo, y sus raíces no socaven la tierra y arraiguen en el corazón del desolado jardinero…