viernes, 19 de noviembre de 2010

Recuerdos compartidos.

fotografía en.

No puedes ni imaginar cuanto echo de menos aquellos días y vuestra amistad. La complicidad de la que alardeábamos conseguía que los tiempos fueran sencillos, qué los tiempos fueran más lentos; concediéndonos el honor de disfrutar de ellos enmarcándonos dentro de un mundo construido a nuestra medida y para nosotros. Eran épocas reales, una época donde todos éramos cómplices de nuestras vidas y holgazanes de los reproches…

Ahora me encuentro lejos de todo, apartado en un rincón, enclaustrado en mi universo precedido por un alto muy alto castillo de naipes. Pongo mis manos en él con la esperanza que un simple temblor, un simple suspiro, no acabe con todo el compromiso que me queda con un yo místico, con alguien que es rehén de su propia vida.

Como dices tú: dejemos las penas aparte ya que la vida es suficiente reproche.

Me alegra, y no sabes como, haber recibido tus letras. El saber de ti me demuestra que algunos recuerdos no sólo perduran dentro de mí, que la distancia no impide que sigamos compartiendo cosas…tal vez esto sea la amistad; pero te diré una cosa “qué tal un gran abrazo”.