jueves, 23 de septiembre de 2010

”jaque al rey”.




Me retiro del juego, me destierro del tablero arlequín. Doy alas al rey dominado y acosado por sentimientos en forma de rastros de galantes efigies donde sus rostros se asemejan a los engaños entintados de escritos que te arrastran al laberinto, que te gobiernan con la tiranía de la ensoñación para sacudirte en un despertar asemejado a una vida divagada.

Ante mí, se erige una runa que corta el avance; tras un movimiento logro tapar mi imagen, logro ocultar quien soy y sin embargo cae la capa que me convirtió en rey, que me permitió ser amo del castillo. Fui galán del juego y ahora retira su manto de mí dejando en vista que soy peón y no héroe en blanco y negro, aquí pues está mí retirada arrepentida de ser vélala, de ser conducida al rincón carente de sentido donde tus palabras retumban en mi ser…”jaque al rey”.

Rendido ante la reina que sólo supo ver en la contienda destellos de armadura alejando de su vista los clamores del hombre que cayó embrujado, y ahora, yazco en silencio en espera de mi condena a modo de simples palabras surgidas de tus dulces labios…”jaque mate”. (shâh mâta), "el rey está atrapado".