miércoles, 8 de abril de 2009

Conciencia herida.


Donde, cuando, como…podré encontrar los colores del cielo o jugar con la tierra liberando mi alma. Mi corazón ya no pertenece a una existencia ¿como aferrarme solo a una vida? Cuando estoy dispuesto al amor eterno ¿no necesitaría más vida? Para predicar tú nombre por un mundo falto de él donde cunde la ignorancia en decadencia de una verdad latiente. Pienso en el suspiro final de esta subsistencia, en la necesidad de que se acorte el tiempo en merito de tu nombre; no pretendo sacar nada para mí, se que lo sembrado no puede producir la mies deseada, solo deja que se extinga mi tiempo sin demorar más la agonía de este sin sentido, de este caminar solitario sin encontrar la paz deseada en un alma cautiva dentro de un cuerpo flagelado por el acontecer de los días, en una mente roída por los dientes de un sistema oscuro que oculta la luz de lo venidero…
Hazme fuerte para seguir tus pasos, quiero tener gravado a fuego tu nombre en mi humilde morada. Presente en mi puerta donde al pasar recuerde tus dichos para hacer tu voluntad. No puedo andar más sin ti, no puedo seguir, sin sentir tu aliento de vida que da calma a mi conciencia herida…